Monumentos romanos en Tarragona que no debes perderte

02/04/2025

Los monumentos romanos en Tarragona forman un impresionante conjunto arqueológico, catalogado como Patrimonio Mundial, que no debes dejar de visitar

Siempre hay un buen motivo para viajar en tren a Tarragona, como visitar los pueblos más bonitos de la provincia, descubrir 7 fabulosas piscinas naturales o disfrutar contemplando el impresionante patrimonio romano que conserva la ciudad. En un corto trayecto desde MadridZaragoza hasta la estación Camp de Tarragona, prepárate para un viaje en el tiempo hasta la antigua Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco.

Los 7 monumentos romanos en Tarragona más destacados

Tarraco fue el primer asentamiento romano en la Península Ibérica y llegó a ser una de las más importantes urbes del antiguo Imperio Romano. El conjunto arqueológico de Tarragona, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000, está formado por diversos monumentos y restos arqueológicos muy bien conservados que datan desde el siglo III a.C. hasta el siglo IV d.C.

Anfiteatro romano

El anfiteatro es la estrella del conjunto arqueológico de Tarraco y el monumento más visitado. Fue construido a principios del siglo II d.C. y su emplazamiento fuera de las murallas fue porque ya no había espacio en el recinto interior. Presenta la característica forma elíptica de estas construcciones y bajo la arena, donde tenían lugar espectáculos populares como las luchas de gladiadores, existen unas fosas destinadas a servicios auxiliares. La grada, tallada en la propia roca, podía albergar aproximadamente a 14 000 espectadores. 

Circo romano

El circo romano de Tarraco, situado en la parte alta de la ciudad, es uno de los monumentos mejor conservados desde su construcción a finales del siglo I d.C. En tu visita, podrás observar gran parte de las bóvedas, un tramo de gradas situadas en una de las curvas, restos de la fachada exterior y del pódium y las monumentales puertas que daban acceso al circo. Podía albergar hasta 23.000 espectadores y estaba destinado principalmente a las carreras de cuadrigas, cumpliendo su cometido hasta el siglo V d.C.

 

 

Foro romano

El foro romano de Tarraco data de la primera mitad del siglo I a.C. aproximadamente hacia el año 30 a.C., y está situado en la parte baja de la urbe, junto a las murallas. Era el centro de las actividades comerciales, administrativas, sociales y religiosas de los ciudadanos. Estaba formado por una gran plaza rodeada de diversos edificios destinados a dirigir la vida política y comercial de Tarraco, como templos, la curia, la basílica, donde se reunía el consejo de la ciudad, algunos locales comerciales y estatuas dedicadas a preeminentes personajes de la historia de Tarraco y de Roma. Actualmente, se conserva un tramo del porticado de la basílica y parte de una calle, estando el resto del foro soterrado bajo edificaciones más modernas.

Acueducto de Les Ferreres

El acueducto romano de Les Ferreres, más conocido como Pont del Diable (Puente del Diablo) formaba parte de una larga canalización que portaba el agua desde el río Francolí, a través de diversas canalizaciones y acueductos de diversos tamaños, a lo largo de más de 10 kilómetros. El acueducto de Les Ferreres, que mide 217 metros de largo, se construyó para poder salvar un valle natural. Consta de dos niveles de arcadas superpuestas, la superior con veinticinco arcos y la inferior con once, construidas con sillares. La fecha de su construcción se sitúa en el siglo I d.C.

 

 

Muralla

La muralla es el elemento arqueológico más antiguo de la antigua Tarraco romana. La ciudad fue fortificada por los escipiones en el año 218 a.C. y, posteriormente, entre los años 150-125 a.C. se aumentó la altura, anchura y extensión de la muralla, pasando a englobar el núcleo urbano. Actualmente, se conservan 1100 metros de los 3500 metros que llegó a tener, así como tres torres, denominadas Cabiscol, Arzobispo y Minerva, cinco portillos y una gran puerta adovelada. En la parte final de la muralla, cerca de la torre de Minerva, puedes observar la inscripción romana de mayor antigüedad en la Península Ibérica.

Necrópolis paleocristiana

La necrópolis paleocristiana de Tarraco fue descubierta a raíz de unas excavaciones arqueológicas que se organizaron entre los años 1923 y 1933 en las afueras de la ciudad, cerca del río Francolí. La necrópolis es una de las mayores zonas de enterramiento de la época, con más de 2000 inhumaciones encontradas, tanto paganas como cristianas. La mayoría de los objetos encontrados, como tumbas de ánfora o sarcófagos, están expuestos en el Museo Arqueológico de Tarragona.

Arco de Barà

Situado en la antigua Vía Augusta romana, el Arco de Barà es un arco de triunfo honorífico. Fue construido por orden de Lucio Licinio Sura, político y militar romano, a finales del siglo I a. C. para homenajear a Augusto. En la parte superior del arco aún se observan los restos de una inscripción que indica que Lucio Licinio Sura dejó en su testamento la orden de construir el arco, conservando de esta forma su nombre para siempre. Es un arco de un solo vano, de 12,3 metros de altura, sustentado por cuatro pilastras acanaladas de estilo corintio.

Visitar los monumentos romanos en Tarragona es una forma didáctica y entretenida de conocer y entender la historia.