Qué ver en Cuenca en un día

04/07/2024

Cuenca es una ciudad donde la arquitectura se ensambla de forma sorprendente en la naturaleza. Viaja barato con OUIGO y descubre qué ver en Cuenca en un día 

 

Cuenca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es una ciudad sorprendente. Viaja en tren a Cuenca desde Madrid, Valladolid y Alicante y descubre qué ver en Cuenca en un día paseando por su precioso casco histórico rodeado de un asombroso entorno natural.  

Descubre todo lo que tienes qué ver en Cuenca en un día 

Entre las hoces de los ríos Huécar y Júcar, Cuenca atesora un patrimonio arquitectónico, histórico y cultural único y sorprendente. Viaja con OUIGO hasta la estación Cuenca-Fernando Zóbel y disfruta de nuestras propuestas. 

Catedral de Santa María y San Julián 

La Catedral de Santa María y San Julián fue el primer edificio construido en Cuenca tras la reconquista de la ciudad por parte del rey de Castilla Alfonso VIII en 1177. Su esposa, la reina Leonor de Aquitania y Plantagenet, fue quien impulsó dicha obra. La mezcla del estilo gótico francés, influido por los caballeros normandos de la corte, junto a los elementos románicos imperantes en los reinos cristianos del siglo XII, se enriquece con las renovaciones de su exterior, efectuadas en los siglos XVI y XVII, que aportaron un estilo barroco. Siglos después, el hundimiento de la torre de las campanas en 1902, debido a la caída de un rayo, dio lugar al aspecto actual de su fachada de estilo neogótico. En su interior, destacan el colorido y la calidez de las vidrieras.  

Ayuntamiento 

El actual Ayuntamiento conquense data de finales del siglo XVIII, cuando hubo que derruir la anterior Casa Consistorial, construida en el siglo XV, debido a su mal estado. Dadas las características del solar y la topografía del casco antiguo de Cuenca, se decidió levantar el nuevo edificio en el lado oeste de la plaza Mayor, justo enfrente del antiguo ayuntamiento. El nuevo edificio, declarado Bien de Interés Cultural, es representativo del estilo barroco de la época y consta de tres arcos de medio punto que constituyen el acceso a la plaza por su lado sur. 

Casas colgadas 

En plena hoz del río Huécar, los balcones de madera de las Casas Colgadas de Cuenca, encaramadas en paredes de roca de más de 60 metros de altura, miran directamente al río. Son todo un símbolo de la ciudad conquense que sigue asombrando a los visitantes que las contemplan. En 2016 fueron declaradas como Bien de Interés Cultural y, actualmente, pueden visitarse tres de ellas: la Casa de La Sirena y las Casas del Rey, que albergan el Museo de Arte Abstracto Español. 

Puente de San Pablo 

El Puente de San Pablo es uno de los puntos de interés más señalados, pues es desde este puente donde se obtienen las mejores vistas de las Casas Colgadas. Además, la panorámica del estrecho valle que forma el río Huécar y del núcleo histórico de la ciudad es realmente impresionante. El puente original era de piedra y se construyó en el siglo XVI, aunque su derrumbamiento en 1895 obligó a sustituirlo. El puente actual, que data de 1902 y está realizado en hierro, tiene una altura de 40 metros y una longitud de 110 metros que, cada año, atraviesan miles de turistas y lugareños. 

Torre de Mangana 

Aunque se desconoce exactamente su origen, la Torre de Mangana, de 28 metros de altura, se erigió en el siglo XVI sobre las ruinas de un antiguo alcázar árabe como torre de vigilancia y punto de cobijo. Tras la derrota musulmana, la Torre de Mangana asumió las funciones de vigilancia y aviso en caso de catástrofe o bien para anunciar acontecimientos relevantes o la muerte de ciudadanos ilustres. A lo largo de los siglos ha sido remodelada varias veces, la última de ellas ya en el siglo XX al ser reparada y reconstruida, otorgándole el estilo neomudéjar que muestra en la actualidad. Está catalogada como Bien de Interés Cultural. 

Rascacielos del barrio de San Martín 

Los rascacielos del barrio de San Martín no son tan altos como los de Nueva York, aunque sin duda, ostenta mucha más historia y originalidad. Fueron construidos entre los siglos XV y XIX para solucionar la falta de terreno edificable en la colina sobre la que se elevaba la ciudad. Su singularidad estriba en que, según el punto desde el que se contemplen, presentan una u otra altura. Desde la entrada por la calle Alfonso VIII tienen entre tres y cuatro plantas, pero si se observa desde la orilla del río Huécar se ve la parte posterior que alcanza hasta 8 y 9 alturas, debido a la forma natural de las paredes montañosas. Como curiosidad, durante la Edad Media se consideraron como los edificios con mayor altura de Europa. 

Ruinas del antiguo castillo 

En lo alto de la ciudad, se conservan las ruinas de lo que fue un viejo castillo del siglo XIII. Los paseantes aún pueden ver parte de la antigua muralla y las torres. El elemento más destacado es el Arco de Bezudo, una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad amurallada. 

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