Estación Zaragoza-Delicias

Servicios y accesos a la estación

• Cómo llegar

  Para llegar a la estación Zaragoza-Delicias puedes utilizar diversos medios de transporte, tanto públicos como privados. Varios autobuses urbanos tienen parada en la estación y también cuentas con una línea interurbana si accedes desde fuera de la capital aragonesa.

  La línea L1 del tranvía de la ciudad te acerca a la estación, donde también llega el tren de Cercanías C1.

  ¿Prefieres el transporte privado? Debes saber que la estación Zaragoza-Delicias cuenta con parada de taxis y un servicio de aparcamiento para dejar tu vehículo.

• Servicios

  La estación Zaragoza-Delicias ofrece una extensa gama de servicios para que tu visita se convierta en una experiencia satisfactoria. Además de los servicios básicos como aseos, consignas, carros portaequipajes, alquiler de vehículos y aparcamiento, la estación tiene una zona comercial donde podrás hacer compras o comer algo antes de tu viaje.
  La estación cuenta también con un moderno hotel en el que podrás alojarte sin que te falte nada, ya sea que viajes por negocios u ocio.
  Todas las instalaciones de la estación Zaragoza-Delicias son accesibles para personas con movilidad reducida.

• Atracciones cercanas

  Desde la estación puedes visitar varios lugares interesantes y cercanos. A 500 metros encontrarás el magnífico Puente del Tercer Milenio que comunica ambas orillas del río Ebro. Cuenta con pasarelas peatonales cubiertas y un carril bici.

  Descubre el Canal Imperial de Aragón, una vía fluvial por cuyas riberas arboladas es un placer pasear.

  Cerca de Zaragoza-Delicias está la famosa zona conocida como El Tubo, lugar emblemático de tapeo y marcha.

  En un corto trayecto llega hasta la Plaza del Pilar y sube a la torre del mismo nombre: ¡disfrutarás de Zaragoza a vista de pájaro!

• El secreto OUIGO

  Cerca de la Plaza del Pilar vale la pena atravesar el Puente de Piedra que cruza el río Ebro desde hace 2 000 años. Al otro lado te encontrarás con el corazón del casco histórico del barrio del Arrabal. Atravesando una pequeña manzana de casas de ladrillo podrás adentrarte en el Callejón de Lucas.. Este lugar, desconocido por muchos zaragozanos, es la única calle cubierta de la ciudad. Su arquitectura popular de casas típicas policromadas conforma un encantador rincón que te traslada a la Zaragoza más rural del siglo XVIII.